El municipio de Paz De Rio capital minera de Colombia ha venido celebrando ancestralmente el festival de matachines con la participación de los campesinos, familias y veredas aledañas a la región.
Aproximadamente hace cuatro años la asociación de ex alumnos propuso hacer un día de festival, con el fin de rescatar la cultura ancestral donde los ancianos, padres y las familias ponen estos conocimientos al servicio de la comunidad en un espacio de esparcimiento y desarrollo cultural para los niños y jóvenes al realizar las caretas en barro.
Se pretende en este espacio de aprendizaje, culturizar las nuevas generaciones por medio del conocimiento que se quiere brindar a las familias que acompañaran en este día de interacción y recreación.

PAZ DE RIO

El municipio limita al Norte con los Municipios de Sátiva Norte y Sátiva Sur; al Sur con los Municipios de Beteitiva, Tasco; al Oriente con el Municipio de Sátiva Sur y Socha y al Occidente con el Municipio de Belén y Tutazá,

Extensión total: 116 Km2 Km2

Extensión área urbana: 38.7 Km2 Km2

Extensión área rural: 77.3 Km2 Km2

Altitud de la cabecera municipal (metros sobre el nivel del mar): 2200 m.s.n.m

Temperatura media: 15ºCº C

Distancia de referencia: 107 Km

MATACHIN

«Matachín este vocablo se deriva del Italiano Mattaceino. Bufón. Antiguamente hombre disfrazado ridículamente con una careta y con un traje ajustado de diversos colores. También significa juego que practicaban los matachines mientras bailaban y que consistía en hacer diversos movimientos y en darse golpes.
Matachines, coreográficamente era un baile de los siglos XVI y XVII, era una especie de parodia de las danzas guerreras y los italianos transformaron en danzas grotescas. Varias parejas de bailarines, con trajes ridículos y armas de madera, bailaban sobre un compás binario, escarneciendo una lucha por parejas. Los golpes de las espadas y de las vejigas de vaca llenas de aire contra los escudos seguían y marcaban el ritmo musical (sinónimo bailes de los matachines).
Los matachines o diablos con máscaras y látigos con remates de vejigas de res infladas para castigar a quienes se atraviesan en su camino (niños) en las principales calles. Estas celebraciones dieron origen a las famosas fiestas de Aguinaldo que aún se celebran en muchos municipios de Boyacá.
Las máscaras hechas de capoté, una especie de parásitas que en forma de cabellera cuelgan de algunos árboles, otras veces las hacen de flecos de fique teñidos o tinturados de diferentes colores pero las más características son las máscaras hechas en un molde de arcilla, la cual se cubre con varias capas de papel periódico entre pegadas con engrudo, que después de secar se sacan del molde encargado de proporcionar la figura diabólica, para finalmente ser pintada de vistosos y variados colores.

MASCARAS

En todas las culturas se han encontrado restos arqueológicos de objetos que se pueden considerar como mascaras; han sido empleadas como parte de rituales mágicos: en ocasiones representaban a figuras espirituales ( dioses o demonios, seres malignos o seres protectores, héroes o villanos) para invocarlos y que estos fuesen sus benefactores o a aquellas personas o animales sobre las que querían “actuar”: figuras de animales para conseguir caza, en ocasiones la máscara del animal formara parte de un ritual con el que los danzantes intentaran evitar el ataque de ese animal, la máscara dotara a la persona que la lleva de las cualidades del animal representando prefiriendo aquellos que le dotasen con fuerza, rapidez, agilidad… Unida al vestido de los rituales, con la música y baile el portador entra en éxtasis. En numerosas ocasiones será el propio dueño de la máscara el que al personalizar la máscara con objetos personales, consiga que este la represente.
Desde las antiguas civilizaciones ha existido el culto a los muertos surgiendo las máscaras funerarias. Estas tenían distintos propósitos: intentar perpetuar la vida del muerto entre los vivo, tener forma e imagen cuando llegasen al orto mundo, para aquellos casos que se hacía una escultura posterior a la muerte.

El departamento de Boyacá posee un valioso patrimonio histórico heredado de la época colonial y de las luchas de independencia; el habitante boyacense es fiel a sus tradiciones, trajes, comidas típicas y mercados, fiestas patronales, romerías, bailes y ritmos folclóricos. Todo ello imprime al departamento un encanto y atracción especiales, identificándolo como uno de los más ricos, representativos y atractivos dentro de la diversidad cultural del país.